Tres cuestiones dieron origen a este post.
El jazz las emparenta.
Foto: Fundación Danilo Pérez |
Primero: hace un tiempo estoy haciendo un trabajo vinculado con ciertas problemáticas de la adolescencia y su relación con el contexto social y algunos de esos temas me fueron llevando a volver a leer unos fragmentos de "Gente poco corriente. Resistencia, rebelión y jazz", del historiador Eric Hobsbawm -fallecido el año pasado-.
Como en general me pasa, no sólo leí lo que puntualmente había ido a buscar del texto, sino que me colgué con algunos datos extra de quien además era fanático del jazz, no sólo como espectador: su pasión lo llevó a escribir críticas , reseñas y comentarios de conciertos, discos y libros, en un diario inglés pero utilizando el seudónimo de "Frankie Newton", en homenaje a un trompetista de Billie Holiday, que parece que era comunista.
Hobsbawm en 1959 publicó el libro "The Jazz Scene" en el que intentó aproximarse a una historia social del jazz. Se remonta a los orígenes africanos del género y trata de comprender la evolución de la música folclórica negra en el ámbito de los Estados Unidos.
En el texto, ubica cómo el blues se constituyó en una de las formas más contundentes de protesta, los esclavos que padecieron el yugo de la dominación lograron sobreponerse a los maltratos de sus opresores a través de la canción y el lamento.
Además, considera que el jazz cumplió con su finalidad: seducir musicalmente al blanco para luego afectar su espíritu. Por su parte, la música negra le elevó la autoestima a la relegada comunidad negra, mientras que el hombre blanco tuvo que plegarse a la música de los afros.
En síntesis, los aportes de Hobsbawm en este aspecto, fueron considerados de suma importancia para intentar pensar la revolución social a través del arte.
Segundo: ayer fue el Día Internacional del Jazz:
"A todo lo largo de su historia el jazz ha sido una fuerza de transformación social positiva y sigue siéndolo hoy día. Por esta razón, la UNESCO proclamó el Día Internacional del Jazz. Esta música, cuyas raíces se remontan a la esclavitud, constituye una expresión apasionada contra todas las formas de opresión. Habla un lenguaje de la libertad que es comprensible por todas las culturas"
(Irina Bokova, Directora general de UNESCO)
Ambas cuestiones tienen en común un posicionamiento respecto a considerar a la música como posible motor de cambio social.
Y tercero: desde otra perspectiva, y también en relación al trabajo que estoy haciendo, la música puede desempeñar un papel importante en la socialización y en la formación de la personalidad del adolescente, a lo largo de la historia, se fue convirtiendo en un símbolo de su búsqueda de identidad y autonomía . Los adolescentes utilizan la música como refuerzo de identificación con su grupo de iguales, como vehículo de su rebeldía contra lo convencional, para ayudarles a establecer una identidad separada de la de sus padres, etc.
A partir de este papel clave que juega la música para la estructuración subjetiva del adolescente, muchas personas han encontrado a través de ella, una eficaz manera de intervención para promover cambios sociales, especialmente en los grupos de adolescentes en riesgo.
Foto: Fundación Danilo Pérez |
Entonces, nuevamente, pensar la música como un instrumento de intervención social.
Me gustó esa idea. Me interesa particularmente este tema de la música, (o cualquier otra expresión artística) puesta al servicio de promover cambios para quienes se encuentran en situaciones desfavorables o de riesgo potencial.
En este post, a fines del año pasado, les había traido la historia del Maestro Luis Szarán y sus "Melodías de la Basura".
Hoy les comparto el trabajo de otro músico que que le dio forma a estas ideas -la música como motor de cambio y como instrumento de intervención para los grupos en riesgo-: el pianista, compositor y jazzista panameño Danilo Pérez.
Desde su concepción de la música como herramienta para ayudar a prevenir la violencia y superar la marginalidad, ofrece posibilidades a los chicos de estudiar música y perfeccionarse, poniendo especial atención a la transmisión de valores, a través de su fundación.
Este reconocido y premiado músico ha utilizado el ‘Panama Jazz Festival’, desde hace una década, para promover la música como una salida para los jóvenes en riesgo social.
El objetivo principal del festival es: "Fortalecer el arte, la educación y la cultura de la música en el género “JAZZ”, a través de los tiempos y lograr así rescatar la población joven de las calles, en donde sientan lo importante que son para la sociedad, y lograr su satisfacción emocional y profesional, aportando como herramienta profesores de las mejores universidades de música, becas y asesoría. El Panama Jazz Festival es el evento que reúne a más de 20 mil personas en esa semana de eventos. Todo este esfuerzo se mide cuando juntos logramos “un cambio social a través de la música”
Estas acciones que viene llevando adelante hace varios años, le valieron el reconocimiento de la UNESCO como "Artista de la Paz", a fines del año pasado en París, reconociendo el trabajo que viene realizando Pérez con músicos incipientes que proceden de comunidades en riesgo social, empleando la música ‘como un medio para que la gente entienda mejor y se escuchen los unos a los otros, creando así nuevos puentes de diálogo y respeto y reforzando los vínculos que nos unen a todos’.
Para conocer más sobre el Panamá Jazz Festival, click acá.
Y les dejo la visita de Rubén Blades en el festival de este año. No se pierdan en el minuto 9:20, una versión buenísima de ¨Pedro Navaja"
todo es excelente, el tema (los) me apasiona mal!
ResponderEliminarhago mi pequeño aporte, para escuchar noche de verano copa de tinto en mano y buena compañia ;)
a lot of jazz kisses. VB
"Tokyo Traffic" performed by the Dave Brubeck Quartet. Taken from the 1964 "Jazz Impressions Of Japan" album. Composed by Dave Brubeck.
http://www.youtube.com/watch?v=qCQMUc78pE8