"Las flores...Mi padre me regalaba flores en ocasiones solemnes, impregnadas de gravedad, cargadas de peligros potenciales. Pero paradójicamente, las escenas que he guardado intactas en la memoria, están ligadas para mí a una sensación de comicidad irresistible.(...)
Al día siguiente de la operación (para el lector compasivo señalaré que sólo me quitaron el ovario y la trompa izquierdos), hacia las cuatro de la tarde, llaman a la puerta de mi habitación. "Adelante", digo. Aparece entonces en el resquicio un enorme tiesto con flores, un macizo entero, debería decir, en un gran jarrón de barro, y detrás, chiquitito, mi padre, sosteniendo el centro de mesa como si fuera el santo sacramento. Unas ganas locas de reír.
Intercambiamos las palabras de rigor entre enfermo y visitante (nunca en mi vida había sufrido tanto físicamente), luego mi padre se arrodilló al pie de la cama y permaneció en esa postura, poco corriente en un incrédulo, durante un buen rato.
Mientras estaba allí, inmóvil, recogido, con los ojos cerrados, pensé, sin dejar de reírme por dentro: está preparando su seminario (1)."
Sibylle Lacan, "Un padre (puzzle)", ed Lumen.
(1) El Seminario al que hace referencia es el Seminario 1, en el que Lacan desarrolla el llamado "modelo óptico", con la famosa experiencia del "ramillete invertido",para diferenciar el lugar de los Tres Registros: Simbólico, Imaginario y Real, dándole una importancia crucial para formalizar la constitución de la "realidad" por parte del sujeto.
Fuente imagen: http://documentalespsicologia.blogspot.com.ar/2011/01/el-modelo-optico-de-jacques-lacan.html |
Acá, algunos trapitos al sol sobre la trama detrás del libro de la "hija malquerida" de Lacan.
y qué onda el libro de Sybille...? me perdí un poco con todo esto....como me pierdo siempre que leo a Lacan, claro que acá no es Jacques Lacan el que escribe...por ahí su hija me aclara un poco más las cosas ;)
ResponderEliminarCamila
El libro es bastante malo, para mí. Parece el pataleo de una hija celosa que le reclama atención a su papá.
ResponderEliminarClaro que, pobre Sibylle,le tocó enterarse que su padre tenía una hija extra matrimonial de su misma edad, exitosa, interesante y claramente preferida. La paradoja es que esa hija (Judith) nunca pudo llevar el apellido Lacan, a pesar de ser considerada la heredera de la obra psicoanalítica de su padre.
Ah, y sí, es común perderse leyendo a Lacan. Saludá si nos cruzamos en alguno de esos laberintos! Beso!
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